lunes, 24 de diciembre de 2012

El Elegante Caballero va al oeste.

El día de mañana es el estreno de Django Unchained, la nueva y esperada película de Quentin Tarantino. Este “spaghetti western” nos narra la historia de Django, un esclavo negro en el sur de estados unidos que liberado por el dentista alemán caza recompensas King Schultz, busca vengarse del esclavista y los hombres que destruyeron su matrimonio y tienen a su mujer. 

En México el estreno será el 18 de enero y que mejor manera de pasar esta espera que viendo las mejores películas de este genero. Aquí comparto con ustedes los 3 westerns favoritos del Elegante Caballero. 





3. The Outlaw Josey Wales (1976) Clint Eastwood

Recién iniciada la guerra de sucesión, Josey Wales y su familia son atacados por un grupo armado, dándolo por muerto Josey es abandonado. Josey deberá unirse a grupos militares buscando venganza por el asesinato de su familia.





2. The Good, The Bad and the Ugly (1966) Sergio Leone

La guerra civil norte americana esta en pleno; un cargamento de oro esta perdido y 3 grandes pistoleros están tras el mismo botín. El soundtrack corre a cargo del maestro Ennio Morricone.
 The Good, the Bad and the Ugly nos ofrece guerra, traición, proezas del revolver, pólvora y una de las mejores escenas de “Mexican standoff” del genero. Sin duda una de mis favoritas. 




1.  El Topo (1970) Alejandro Jodorowski



-Hoy cumples 7 años, ya eres un hombre entierra tu primer juguete y el retrato de tu madre.-

El topo es una animal que cava galerías bajo la tierra, buscando el sol. A veces, su camino lo lleva a la superficie, cuando ve el sol queda ciego.
El topo, descrito como un Western Metafísico, se nos narra la larga búsqueda del Topo por encontrar quien es y cual es el sentido de su existencia. El reto de los 4 maestros del revolver es solo la primera piedra en despeñarse en esta película. 
La alegoría de la caverna, simbología oriental y revolvers, la mezcla que hacen único e imperdible este Western.



Les comparto el link para poder ver esta pelicula - Online. :)
El Topo - Alejandro Jodorowski 





Y sin mas que agregar me despido.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

El Elegante Caballero Agradece. . .



2012

Como definir a uno de los años mas caóticos en la vida de esta persona que escribe. 
Soy una persona muy negativa y en mi repertorio son pocas las frases  tipo “tarjeta postal” que hablan sobre aprender  de los tiempos  adversos y darles buena cara.
Todo se resume en pérdidas, familiares, amigos, dinero, salud, el sueño, terribles calificaciones. 
Todas estas cosas ardieron y yo mismo me esforcé en esparcir las cenizas al viento . . . Si si, todos tienen años difíciles, deal with it. 
La pregunta aquí es ¿seguirás quejándote? 
 No.
El fuego es  un proceso de oxidación de gran intensidad que emite luz y calor. El mismo Carl Sagan nos dice que esta reacción sería imposible sin existir la atmósfera y la vegetación que produce el oxígeno necesario para este proceso.
En la filosofía se tenía al fuego como un elemento purificador, según los mitos, el mundo ardería para renacer puro y perfecto.

Todo es orden antes que caos, caos que inevitablemente regresa al orden.

Tengo una familia más unida, muchos mas amigos de los que pude imaginar, no mas presiones económicas, con otro semestre escolar a la vista. 

Estas líneas son para agradecer a todos, lo que me brindaron y que nunca podré pagar, las risas, el apoyo, las oportunidades, la experiencia y la fuerza para seguir.


Gracias Marco, Armando, Jorge, Emilio, Victor, Mauricio por no dejarme caer nunca.

Gracias Edwin, Abraham, Alejandra, Daniel J., McDrake, Cueto, Fabiola amigos que siempre estuvieron ahí reposando con los años.
Gracias Sara por escuchar.
Gracias Zx, Carlos, Belar, Dorell, Aarón, Rodrigo, Aztrid, sé que no los conozco de mucho tiempo pero las risas y las ganas de hacer algo en conjunto revivieron mis apagados ánimos y eso es algo que les deberé siempre. 
Gracias Superacid, Dios Todopoderoso, Eddo , Axel, Grimhild, Ale Saavedra, Holmes, por que sé que todos ustedes tienen una enfermedad mental no diagnosticada y son demasiado hilarantes.
Gracias Susana, Adrian, Octavio, Joaquin,  Mich, Yan, Mar, Pedro, Nosfe, Mar, Gwen, Araceli. Falle con ustedes como nunca antes y pido perdón por ello. No resarzo el daño, los herí y no puedo remediarlo.
Gracias a ti fuego destructor, sin ti nada de esto sería posible.

Sé que no todos los aquí mencionados leerán esta entrada, aunque es mas probable aún que por error omitiera a alguien que mereciera la mención, pero aún quedan muchas mas cartas de agradecimiento que redactar en esta vida y tarde o temprano aquí estarán. 



Deseo para todos un nuevo año con mas retos, mas recompensas, con muchas cosas que hacer y donde podamos seguir coincidiendo en este triste y salvaje mundo.





Sin mas que agregar me despido. B)






martes, 6 de noviembre de 2012

El Elegante Caballero dedica...

Hoy te escribo a ti,
por que a nadie mas le confiaría estas letras, 
nunca ninguna persona podría cuidarlas, sin ti ellas no crecerían,
no verían la luz del sol, no podrían, ni tendrían razón de ser ni de existir. 
Les escribo a ustedes por que nadie mas querrá leer esto.
Te escribo a ti Victoria que siempre me acompañaste en batalla, cubriendo mi espalda y cuidándome,
a ti Fuerza que mantuviste mi frente en alto y nunca abandonaste mi lado cuando mas te necesite,
a ti Esperanza que por mas terribles que fuera el futuro y sus senderos, no dejaste que me rindiera; 
hoy a ustedes les pregunto donde se encuentran, deseando que estas simples palabras las hagan querer regresar y nunca irse. 

Lean y avancen, lean y sean felices y corran y griten y.... por favor, nunca me olviden. 



Rendirse es de cobardes y no de pistoleros, y yo nunca dejo de buscar lo que pierdo.





lunes, 29 de octubre de 2012

El Elegante Caballero nunca olvidara.


Saludos estimados lectores, esta noche quiero compartirles un pequeño fragmento de un texto que en los últimos fechas escribí. 
Hay personas que se van de esta vida y que nunca dejaran de vivir en nuestra memoria. 



Todos se mueren por nada.
Todos se mueren por todo.
Algunos mueren de ser, muchos otros de no ser,
 aunque también hay quienes mueren por ser. 
He oído de muchos que mueren por dolor, de dicha, de apatía o por deseo.
Todos mueren lentamente, con el eterno e irrefrenable paso de los segundos; todo en esta vida mata, se muere de hambre, de sed, por fumar, por beber, por salir, por quedarse.
Matan estas ganas de hablar, pero mata más contenerlas.
Uno muere por vivir, por la vida, por la muerte, por la agonía. 
Se necesitan muy pocas cosas para morir, pero la única indispensable es VIVIR. 
Vivir  por ser, por no ser, por estar o no estar en lo absoluto.

Vive bien, vive mal, pero vive pleno para poder morir en paz.





Aisaku hoy y siempre viviras en nuestros recuerdos.



sábado, 15 de septiembre de 2012

El Elegante Caballero escucha...Parte CLXVII

"La música es un sonido inútil hasta que llega a una mente que la percibe"
- Paul Hindemith


En los últimos meses muchos aspectos de mi vida han cambiado, amigos, vicios, hasta la rutina se ha vuelto distinta; físicamente soy el ejemplo claro de la decadencia y descomposición del cuerpo humano. Todo (y todos) lo que ha estado a mi paso ha resultado destruido, alterado o puesto de cabeza por estos cambios evidentes. 
Muchos dicen y dirán que es por la mujer a mi lado, aunque los que me conocen de verdad saben que soy un tornado de emociones y decisiones impulsivas, que crean al ser errático y vagabundo que soy. 
A pesar de estos achaques que me aflijen y toda la mind jacket (mía y de los que puedan leer esto), siempre hay un balance en mi vida, muchos amigos han partido de mi vida aunque siempre llega otra persona valiosa a cerrar mi pequeño circulo, cuando enfermo o decaigo terriblemente las personas a mi alrededor logran hacerme sentir mejor.

Todo se resume a este balance, en la naturaleza este balance puede ejemplificarse en un tornado, que es generado por aire frió que desciende de las nubes para compensar una corriente ascendiente de aire caliente; esto balance con un resultado devastador. Hoy estoy en completa paz, aun cuando el mundo que conocía y ayude a forjar cae a pedazos. Y como un viejo conocido cito alguna vez "Cuando llega la tempestad uno desconoce donde caerán los pedazos".

Como en todas estas ocasiones el Elegante Caballero siempre tiene una canción que reflejan nuestro sentir, hoy los dejo con el soundtrack de mi alocado mes. Enjoy it!!! >:D


Megadeth- Rust in peace- Tornado of souls 

 

This morning I made the call
The one that ends it all
Hanging up, I wanted to cry
But dammit, this well's gone dry
Not for the money, not for the fame
Not for the power, just no more games
But now I'm safe in the eye of the tornado
I can't replace the lies, that let a 1000 days go
No more living trapped inside
In her way I'll surely die
In the eye of the tornado, blow me away

You'll grow to loathe my name
You'll hate me just the same
You won't need your breath
And soon you'll meet your death
Not from the years, not from the use
Not from the tears, just self abuse

Who's to say what's for me to say...be...do
Cause a big nothing it'll be for me
The land of opportunity
The golden chance for me
My future looks so bright
Now I think I've seen the light

Can't say what's on my mind
Can't do what I really feel
In this bed I made for me
Is where I sleep, I really feel
I warn you of the fate
Proven true to late
Your tongue twist perverse
Come drink now of this curse
And now I fill your brain
I spin you round again
My poison fills your head
As I tuck you into bed
You feel my fingertips
You won't forget my lips
You'll feel my cold breath
It's the kiss of death
 



  Y ahora que estoy a salvo en el ojo del tornado y sin mas que agregar me despido.


 


jueves, 30 de agosto de 2012

El Elegante Caballero tiene arrebatos. . . (Parte III)


Antes de iniciar con la tercera parte de está historia quisiera agradecer a la persona especial que me a corregido y ayudado en el proceso, quizás no gane un premio pero es lo mejor que he escrito y estoy contento con el resultado, gracias a ti que me has dado la inspiración, sin ti estos relatos serían inconcebibles.

Además para las personas que han dado algunos minutos de su tiempo en leer las dos partes anteriores de Arrebato espero que lo disfruten y sigan leyendo esta serie, cualquier critica o comentario será mas que bienvenido.

Arrebato Parte III
El prisionero aguardaba en su celda. Desde fuera, sólo se podía escuchar el lento  sonido  del viento que para el prisionero sonaba más a los lamentos de los muertos que a una simple corriente de aire; aunque para un “dead man walking” (como lo era ahora el prisionero) todas las cosas hablaban  y sonaban a muerte.
Desde la noche que fue capturado y puesto en esa celda, una pesadilla le impedía descansar, la cual que como horrible deja vú, venía a él  noche tras noche. En ella el prisionero era capturado por una grotesca bestia en esa misma celda, el alguacil era testigo de ello, pero en su sueño sólo se limitaba a reír como poseso mientras el ser lo convertía en jirones.
El prisionero sabía que un hombre en su posición no podía darse el lujo de soñar, y mucho menos de detenerse en cavilaciones sobre ellos; así que en esos pocos minutos se obligó a controlar la ansiedad que le producían. Antes esa sensación lo había agobiado hasta el límite de la cordura, una semana antes de cada uno de sus golpes le era casi imposible conciliar el sueño; repasaba paso a paso la ejecución y los posibles pormenores.
Cambio la expresión de su rostro, pues si el alguacil percibía el mínimo rastro de sus intenciones, no dejaría acercarse al mocoso. Ocultó de sus facciones la sed de sangre, en sus ojos ya no se reflejaba el profundo odio que sentía por el alguacil, su rostro era el claro reflejo del arrepentimiento y la serenidad; la máscara perfecta para esta última actuación.
La puerta chirrió mientras se abría lentamente, el sonido le molestó demasiado, aunque no dio señales de ello; el alguacil entró seguido de cerca por un niño.
El niño vestía un par de pantalones viejos y gastados, que hacían juego con  la sucia y raída camisa que usaba;  el prisionero había vestido de la misma manera los primeros 8 años de su vida y por ello odió más al pequeño.
El alguacil dirigió lentamente al niño frente a la celda, se detuvo a una distancia razonable de la reja, lo miro durante un momento, que para el prisionero pareció durar horas, y tras unos momentos hablo, –Esta es la basura humana que acabo con tu padre, justo después de eliminar a tu madre.  Es por este inmundo ser que a partir de hoy tengas que vivir en un orfanato. Quiero que mires este rostro por única y ultima ocasión, y que aprendas que la justicia siempre te alcanza, y ten por seguro que te hará pagar cada uno de tus crímenes, por eso debes portarte bien. – el pequeño miro al prisionero directamente a los ojos, su profunda mirada  estaba llena de dolor y confusión; el prisionero pensó que sus ojos eran enormes para su rostro, eran de un verde tan claro que era imposible no mirarlos,  –Es tu turno basura, habla y dile a este pequeño por que demonios acabaste con sus padres. – ordeno el alguacil.
El escenario estaba listo, el publico frente a el esperaba impaciente y esa era su señal.
Haciendo uso de todo su talento histriónico comenzó su actuación, no la mas importante de su vida pero si la ultima; esta debía ser perfecta.  Sus gestos, el mas sutil movimiento, el tono de su voz, todo estaba calculado y ejecutado limpiamente.
En su primer acto hablo sobre su terrible infancia y la dura transición adolescente, mientras hablaba el niño dio unos pasos adelante, esto lo hizo sonreír por dentro.

En el segundo acto hablo de su padre, y de como escapo del viejo maniático;  pueden tener por seguro que sí su padre hubiera corrido el mismo destino que el padre de ese pequeño, justo ahora estaríamos mirando a un actor o a un simple borracho; pero el macabro sentido del humor de la vida dotó tanto al prisionero como a su padre de una puntería sobrenatural, la misma que le permitió sobrevivir a algunos tiroteos y poder retorcer al fruto de su semilla.
 Para cuando termino el acto, podría alcanzar al niño si estiraba el brazo a través de los barrotes; aún no era el momento, no aún.
El tercer acto sería el más breve de toda su actuación. En el  hablo sobre la madre del niño y de como la había conocido, narro el tacto de su dulce y delicada piel y de como se erizaba bajo el tacto de sus manos, en el suave olor a lavanda que desprendían sus ropas al quitarlas de su cuerpo.  El alguacil grito que se detuviera, mientras el niño rompía a llorar, su pequeño rostro estaba congestionado por el horror y el odio, la sangre inyectaba sus verdes y grandes ojos confiriéndole un aspecto demencial, sus puños apretados temblaban en sus costados… faltaba poco solo unos segundos más…
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De forma abrupta el niño corrió hacia los barrotes con los puños levantados; el alguacil quedo clavado al piso por la sorpresa su reacción fue lenta, para desgracia del pequeño los reflejos del alguacil decidieron tomarse un descanso en el momento menos indicado. Estiro el brazo para intentar detenerlo, su mano se cerro  atrapando soló el aire, cerro los ojos un instante y volvió a abrirlos, pudo ver como el pequeño puño del niño se estampaba contra el rostro del prisionero, mientras este lanzaba su puño derecho contra el pecho del niño, en la mano del prisionero un pedazo de hierro brillaba maliciosamente. El hierro se hundió por completo entre las costillas del niño y mientras un discreto hilo de sangre comenzaba a brotar de los inocentes labios del huérfano
, el prisionero giro la muñeca con un movimiento diestro y preciso haciendo chillar al pequeño y quebrando dos de sus costillas. Con violencia extrajo el hierro dejando un enorme cirulo rojo en la camisa, de su rostro había desaparecido el odio siendo remplazado por una larga sonrisa burlona y una mirada retadora. Quizás el niño estaba loco, quizás era la impresión de haber sido apuñalado, pero esa sonrisa manchada de sangre era lo mas escalofriante que el prisionero había visto en su vida.
Lanzo un nuevo ataque hacia el cuello del pequeño, pues quería desaparecer esa mueca, el hierro se hundió en la carne y volvió a hacerlo una segunda ocasión, no hubo oportunidad de una tercera por que la mano del prisionero estaba deshecha por empuñar la improvisada arma, la sangre manaba lentamente, la mano punzaba y le escocia. Tuvo por seguro que la perdería, aunque de que le serviría en el mas allá.
En el breve instante que le tomo contemplar su mano hecha jirones, su brazo fue apresado y retorcido violentamente, el hierro se deslizo entre sus inútiles dedos hacia el suelo; el mismo agarre de hierro tiro de el con fuerza haciendo chocar su cabeza contra los barrotes. Si el alguacil seguía apaleándolo de esa manera, como era probable, no quedaría mucho prisionero que colgar al día siguiente.
Con el  brazo aun apresado entre los barrotes levanto la mirada, aunque no podía enfocar bien por el golpe, el prisionero estaba seguro de que lo que sea que lo había atrapado no era el alguacil.
El rostro que le devolvía la mirada no era humano, pues cada centímetro de el estaba cubierto por un pelaje blanco y gris atigrado, la boca del ser estaba repleta de inmensos colmillos, el prisionero no lo habría reconocido nunca de no ser por la sangre que manchaba la siniestra sonrisa y por aquellos ojos felinos imposiblemente verdes que lo escrutaban.
La bestia (o el pequeño) apreso el brazo que le quedaba libre, arrastrándolo cada vez mas cerca de sus fauces. Cuando se encontraron frente a frente, el prisionero pudo escuchar los pensamientos de la bestia, -Yo seré el que cobrara cada uno de tus crímenes, pagaras la sangre de tu hermano, pagaras por el llanto de cada mujer que violaste, las vidas que por puro placer tomaste, cada centavo que hurtaste, aquí esta encarnado el final de tus mentiras. Así que te recomiendo que comiences a rezar y que lo hagas rápido, pues hoy conocerás a tu creador.-
Las palabras salieron atropelladas entre sus retorcidos dientes, la mezcla de plegarias y suplicas no surtían efecto en la bestia, que reía sin parar en su cabeza.
La sangre y sus aullidos llenaban la instancia; pudo ver al alguacil sobre el brutal abrazo de la bestia, sosteniendo su arma y suplico a Dios que le disparara de una vez y terminara con esa carnicería. La bestia lo estaba devorando vivo, sentía como las garras se aferraban a la carne de su espalda, sentía cada uno de los colmillos que estaban clavados en su cuello, a pesar de eso el prisionero seguía completamente lucido, su sistema nervioso enloquecido enviaba punzadas de dolor por todo su cuerpo. Ahora conocía lo que le aguardaba en el infierno, justo ahora que el niño le arrebataba lo único que le quedaba, su vida.
Su visión estaba manchada de rojo aunque veía con claridad, la risa de la bestia le impedía escuchar sus pensamientos, era una risa demencial y descontrolada, en el fondo pudo ver al alguacil que apuntaba a su cabeza, su sombrero de ala ocultaba por completo su rostro, lo único que podía ver era el brillo de las lagrimas que comenzaban a brotar de sus ojos.  El disparo sonó como un cañonazo en el pequeño espacio de las celdas de detención, el prisionero ya no estaba ahí para notar que el olor a pólvora era intenso, 
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Tras las rejas el hombre se agitaba en sueños, el alguacil miraba en silencio a aquel malnacido que en su cuenta tenia 5 asaltos a trenes federales, la vida de 1 menor, 4 mujeres y 17 hombres; dos de ellos ayudantes suyos, y mas importante aun amigos cercanos. Lo había seguido por mas de 4 estados del sur, tras 7 meses de cacería por fin lo había atrapado.
El hombre tras las rejas profirió un sonido gutural, parecido al que uno hace cuando comienza a ahogarse, se incorporo bruscamente y quedo apoyado en sus codos, con los ojos desorbitados mirando en todas direcciones y el rostro cubierto de sudor. Al notar al alguacil dio un pequeño gritito y retrocedió un poco en su sucio y viejo catre, toco la pared con su espalda y sufrió un sobresalto mas.
Al ver el estado deplorable en el que estaba no pudo evitar sonreír,  –Tú hora a llegado escoria. Llego la hora de pagar.- dijo el alguacil mostrando la cuerda que llevaba al hombro.








domingo, 26 de agosto de 2012

El Elegante caballero es gris...

Saludos estimados lectores, como en otras ocasiones el que les escribe, viene con el único propósito de compartirles un poco de su trabajo escrito.
Debo admitir que la escritura permite expresar y exorcizar los demonios y penas que me atormentan.
El trabajo que les traigo hoy, no es uno de mis acostumbrados poemas inspirados por el amor, la naturaleza de lo que capte en este poema es más pesada, es reptante y poco agradable. 

Las criticas siempre son bien recibidas.


    Gris
Solo soy dueño del penar,
propietario de labios rotos,
amante de las noches sin dormir
de miradas sin sueño.

Soy furia de dioses malignos,
rabia del infinito abismo,
cólera sedienta de llanto
espectro de venganza ciega.

Juego a los dados con las almas
apuesto fe, esperanza, destinos,
me embriago de cientos de penas
privo, prohíbo, persigo y dictamino.

Muerdo las cuerdas que me atan,
muelo la carne de mis brazos,
rompo los huesos de las manos,
bebo la h i e l de mi ser.

Solo soy prisión de odio,
burla de los dioses,

peón del juego,
basura sin sentido.






















lunes, 23 de julio de 2012

El Elegante Caballero tiene arrebatos. . . (Parte II)


Arrebato (Parte II)
Tras las rejas el hombre se agitaba en sueños, el alguacil miraba en silencio a aquel malnacido que en su cuenta tenia 5 asaltos a trenes federales, la vida de 1 menor, 4 mujeres y 17 hombres; dos de ellos ayudantes suyos, y mas importante aun amigos cercanos. Lo había seguido por mas de 4 estados del sur, tras 7 meses de cacería por fin lo había atrapado.
El hombre tras las rejas profirió un sonido gutural, parecido al que uno hace cuando comienza a ahogarse, se incorporo bruscamente y quedo apoyado en sus codos, con los ojos desorbitados mirando en todas direcciones y el rostro cubierto de sudor. Al notar al alguacil dio un pequeño gritito y retrocedió un poco en su sucio y viejo catre, toco la pared con su espalda y sufrió un sobresalto mas.
Al ver el estado deplorable en el que estaba no pudo evitar sonreír,  –La conciencia suele jugar malas pasadas– dijo el alguacil en tono casual. El prisionero lo miraba fijamente sin pestañear, el pánico de su rostro desapareció de súbito, reemplazado por  una mascara de cínica serenidad, –Temo que desconozco de lo que usted esta hablando alguacil, en mi vocabulario no existe algo parecido a la conciencia. Quizás para el puñado de cerrados de mente que habitan este pueblucho signifique algo, yo me encuentro más allá de esos preceptos. –       BLAM.
El disparo sonó como un cañonazo en el pequeño espacio de las celdas de detención, el prisionero en un arco reflejo cubrió su rostro para intentar detener el tiro, el olor a pólvora era intenso,  el prisionero sintió un tibio liquido correr por la parte interior de sus muslos, al darse la vuelta, pudo ver que la bala quedo incrustada a 3 centímetros arriba del sitio donde su cabeza había estado antes del tiro.
El alguacil rio un poco, odiaba a “tipos duros” como el que tenia enfrente, el poder hacerlos orinarse encima era una de las pocas cosas que le agradaba al lidiar con ellos; muy pocos eran duros después de 3 noches en las sucia celda que tenia reservada, a los que les quedaba un poco de “dureza” solían perderla después de un juicio publico donde el veredicto era la soga; este no parecía ser ninguno de los anteriores, era como una de esas serpientes de este lado del desierto que  aun después de decapitadas intentaban darte un ultimo mordisco. Era astuto y muy probablemente por su manera de hablar, había ido a la escuela más de lo necesario para trabajar la tierra o unirse a un convoy de transportes. No obstante el alguacil era astuto como un diablo y había asistido a la escuela dos años más a petición de su padre.  Con el juego en tablas el prisionero tenia las de perder.
–Parloteas mucho… y no me sorprende que una bestia como tú no sienta culpa por sus crímenes, han sido muchos como tu los que me han mirado desde ese mismo lugar, conozco a los de tu calaña. – dijo tranquilamente, mientras regresaba el revolver a la funda de donde había salido a una velocidad vertiginosa. –No es una Visita social, así que será mejor que cierres esa sucia boca–, el prisionero asintió mientras hacia la pantomima de cerrar su boca con un candado y arrojar la llave. –Veo que te diviertes aquí, casi siento pena por que tengas que terminar tus vacaciones colgado frente a todo el pueblo. –, ambos se miraban a los ojos mientras el silencio se apoderaba de la estancia, un largo rato estuvieron asi, en silencio, sin apartar la mirada del otro durante lo que parecieron ser horas para el prisionero, –No habrá confesión para ti, y no habrán una ultima cena para ti, solo obtendrás tu “last will”. –
El rostro del prisionero se contrajo como si lo hubieran abofeteado, calvo su mirada asesina en los ojos del alguacil, – Y dígame, pese a que intuyo ya su respuesta, a que se debe esta cruel alteración de las normas humanas, ¿acaso un desdichado condenado a muerte, como su servidor, no merece un ultimo bocado y la oportunidad de pedir el perdón de dios nuestro señor? –  dijo de manera teatral y dolido el prisionero. La sonrisa desapareció del rostro del alguacil, dio unos pasos sin apartar la mirada, metió la mano al guardapolvos y extrajo un cigarrillo y una cerilla, la raspo contra su uña y dio unas caladas al cigarrillo, la cerilla arranco unos destellos a la placa que pendía de su pecho, –Un hombre como tu, si a alguien de tu tipo se le puede llamar así, no tiene derecho al perdón, tu no le concediste esa oportunidad a Robert cuando lo acribillaste en el tren, y te quitare tu comida, al igual que tu se la arrebataste al pequeño hijo de Robert cuando acabaste con su padre y su madre. Y si eres tan listo como te crees, esa intuición tuya te dirá que no es una gran idea presionarme. No solo traigo malas noticias esta noche, tengo dos últimos obsequios que pueden gustarte, hoy debo llevar al pequeño hijo de Robert al orfanato, esta justo afuera, si te disculpas hare que te traigan algo de comer. –
El prisionero miro atónito al alguacil en sus 29 años de vida no había estado tan sorprendido, asintió levemente sin mirar a ninguna parte. El alguacil dio media vuelta y salió por la puerta.
El prisionero se lanzo rápidamente a sus viejas y gastadas botas, ambas eran de distinto par; la más nueva era negra con costuras, pero la que le interesaba era la bota café. Hacia más o menos 6 años había encajado una hoja metálica afilada en su suela y la había ocultado con una tira de cuero, el andar de los años la había hecho imperceptible.
Ahora fuera de su escondite la vieja y oxidada hoja parecía cantar, y su macabra canción lenta y fría hablaba sobre saludar y compensar al pequeñin.






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