martes, 21 de mayo de 2013

El Elegante Caballero se pierde.


 Perdida. 

Y la razón lo había abandonado
nunca supo donde fue que la perdió, 
en aquel bar que frecuentaba con los amigos,
en los taxis que solía montar, 
en aquella sala con esa mujer,
en la vieja cama donde solía hacer el amor. 

La busco en Sevilla, Roma, Buenos Aires, 
lo mandaron a las montañas,
lo aconsejaron en los cafés ,
lo persiguieron en los callejones,
lo atrapo la noche en la nada,
lo perdió todo sin encontrar nada.

Nadie pudo encontrarla,
ni detectives, familiares, amigos.
Se dio aviso a la policía,
sin señas, ni fotos, ni rasgos particulares.
Ligera, silenciosa y aburrida se perdió en el todo de la vida. 











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