viernes, 25 de agosto de 2017

El Elegante Caballero teme.


Para los que aún leen.
Este 2017 ha sido un año poco productivo para el Elegante Caballero.  Siempre que una buena racha llega a mi vida, me olvido de este viejo foro, que tiene como función principal, ser  una válvula de escape a situaciones y momentos difíciles en mi vida. Aunque esto no quiere decir que la vida fuera miel sobre hojuelas en este periodo.
A veces quisiera dejar morir este viejo blog y llevar mis escritos a otros lugares, como ya he intentado anteriormente sin pena ni gloria.

Pero es difícil soltar el ayer; el pasado, esa nación enorme e infinita, hogar de los hubiera y de las cosas bellas que pudieron suceder de haber actuado diferente.
Gracias a las personas que aún leen y dan vida a este pequeño pedazo de mí.
Gracias a los amigos que me apoyan y siguen conmigo, aún después de tantos años, y claro a los nuevos amigos que han aparecido y que han decidido quedarse.
Gracias a la familia que recupere hace poco, a los que vienen.
Gracias a todos. Por ser parte de este pequeño universo.
El Elegante Caballero vive. Por un post más, al menos.

Recuerdo que cuando era niño, sentía mucho miedo, el entorno en que crecí y mi mente imaginativa, alimentaba ese miedo con ideas descabelladas y a veces impropias de un niño de mi edad.
Cuando tenía ocho años comí un dulce, un compañero de juegos, me hizo creer (por alguna razón desconocida) que era venenoso, y que moriría en caso de quedarme dormido.
Recuerdo no haber querido compartir este hecho con mis padres por temor a preocuparles y fui a la cama cuando se me indico, recuerdo haberme resignado a morir prematuramente por la horrible golosina.
Ahora otro tipos de temores me invaden, temores que a veces dejo entrar para estimularme, como leer sin parar libros sobre vampiros, monstruos, criminales.
Vivo en una zona donde el miedo es cosa de todos los días, vaya, el tema no me es nuevo u ajeno.  Como profesional del miedo, quise explorar un poco en él, conocerlo mejor y conocer mis miedos aún más. He aquí el breve resultado de vivir aterrado por un par de meses.   Hasta el siguiente post. 


TEMOR


Conozco un par de cosas con respecto al miedo.
He vivido durante cuarentaytantos años de mi vida con el.
El miedo esta ahí, siempre, real, tangible, invisible, omnipotente, omnipresente, el miedo te conoce, lo que escondes, lo que te hace titubear al dar un paso en la oscuridad.

El miedo puede tomar todas las formas, tener todos los colores, nombres.
Es ese nudo en el estomago, la sensación de caída.

El miedo esta más vivo que nunca, es negocio, es política, es un seguro de vida, es el salvavidas en tus peligrosas vacaciones en la playa, maniobra de Heimlich.
Es el rostro de tu médico esperando el efecto de la anestesia, el bulto oculto debajo de tu seno, mirar antes de cruzar la calle, es secuestro, fobia a los insectos, reptiles, felinos, picaduras, mordidas, colmillos, cadena de whatsapp, carta con ántrax, aguja con SIDA, sexo, bacteria, virus, microbio, vampiro, fantasma, demonio, chupacabras, perder tu mascota, tu casa, tu abuelo, tu salud, la felicidad.
Dios no esta en el firmamento, no es Jesús, Buda, Allah. No es el dolar, ni mucho menos el hombre.
Dios es, nada más y nada menos, tu viejo y fiel amigo, el miedo. 

  





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